En una apuesta continuada por la innovación y por los pequeños clientes, aunque también trabajan con grandes superficies, Huevos Velasco sigue creciendo y en poco tiempo confía en contar con una nave más de puesta y un centro de cría.

 

La clave de su éxito, que en una reciente visita ha podido conocer de primera mano el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, se encuentra en controlar todo el ciclo productivo, la calidad y una ágil distribución a sus clientes.  De esta forma, los huevos tardan solo 24 horas en llegar desde su puesta por la gallina hasta servirse al punto de venta. Un avanzado sistema informático les permite conocer el recorrido que hace un huevo desde la jaula hasta que llega al mercado.

 

La responsable de Calidad de la empresa, Olga Anaya, fue la encargada de conducir la visita en la que además de los propietarios estuvieron presentes el alcalde de Villacastín, Jesús Grande, y el primer teniente alcalde Vicente Martín. Recorrieron las naves ponedoras, las clasificadoras y el lugar de empaquetado para su salida hacia los puntos de venta, que se realiza principalmente con la flota de 18 camiones de los que dispone la empresa. Sus instalaciones ocupan unos 20.000 metros cuadrados dentro de una parcela de unos 100.000 metros cuadrados.

 

Prácticamente todas las provincias españolas consumen huevos de Velasco, que exporta a EEUU, Israel y varios países africanos.

 

Norma de Seguridad Alimentaria

 

Posiblemente antes de final de año contará con la Internacional Food Standar (IFS), una norma de seguridad alimentaria. Este importante marchamo de calidad lo tienen prácticamente conseguido, a un 92%. Únicamente necesitar rematar algunas obras en las que están embarcados y que debían realizar precisamente para lograrlo.

 

Producen no solo huevos, sino huevo líquido, yema y clara pasteurizada. También salen de su factoría huevos de codorniz, huevo campero, huevo omega y huevo de oca. Pueden además fabricar con marca propia o marca blanca, lo que les permite trabajar también con grandes empresas como Eroski de Segovia o Madrid, las tiendas Supeco de Carrefour, Ahorramás y próximamente la cadena Lidl.

 

En su apuesta por controlar todo el ciclo productivo, cuentan también desde 2007 con su propia fábrica de pienso con una producción de dos millones de kilos al mes.

 

Su trabajo, el de sus tres hijos Javier, David y Jesús, el de su yerno José Luis Muñoz Arroyo y el de su plantilla, les han permitido crear una gran empresa en Villacastín que este año cerrará el ejercicio facturando unos 15 millones. Para ello cuentan con unas 600.000 gallinas ponedoras que les permiten producir a diario alrededor de 600.000 huevos.